El Vuelo del Moscardón o de la Abeja. La Verdad Tras Algunas Falacias

Vuelo del moscardón o abejorro. ¿Cómo puede volar?

Mucho se ha dicho que el vuelo del moscardón (también conocido como abejorro) o de la abeja desafía muchas leyes conocidas de la física. Pero eso es una falacia, ya que los moscardones vuelan todo el tiempo, y eso se debe precisamente a que el hecho de que vuelen no viola ninguna de las leyes de la física.

El vuelo de la abeja y el origen de una falacia


Para hacer más interesante este tema abordaré algo de historia. ¿Dónde y cuándo comenzó la falacia de que el moscardón no debería poder volar? La historia que a menudo escuchamos o leemos dice que hace muchos años un biólogo y un ingeniero estaban cenando y compartiendo algunas copas. El biólogo le pidió al ingeniero que averiguara cómo una abeja lograba volar. El ingeniero, ansioso por mostrar sus habilidades, rápidamente hizo algunos cálculos básicos y llegó a la conclusión de que una abeja no debería ser capaz de volar.

Bien, creo que ya sabemos por que hoy en día, muchas personas parecen repetir como un hecho la conclusión a la que llegó el ingeniero, conclusión que obviamente se extiende al vuelo del moscardón y misma por la que este post tiene este título.

En la película de Dreamworks Animation, Bee Movie (Bee Movie: La Historia de una Abeja), con un presupuesto de 150 millones de dólares, no pudieron invertir algunos dólares para consultar a un físico sobre el tema del vuelo de la abeja, debido a lo cual se puede leer al inicio de la película una cita que dice que "de acuerdo a todas las leyes conocidas de la aviación, no hay manera de que una abeja pueda volar y ...". La película, del año 2007, va dirigida sobre todo a los niños, por lo que podemos decir con toda certeza que no haber investigado un tanto sobre el tema del vuelo de la abeja fue una gran metida de pata por parte del respectivo personal.

Vuelo del moscardón o abejorro. ¿Por qué puede volar?
Una teoría sobre el origen de la falacia con evidencia documentada detrás de ella, la fija en un libro francés publicado en 1934, llamado "Le vol des insectes" (El vuelo de los insectos), que hace una referencia pasajera al hecho de que los cálculos simples producen un resultado que sugiere que los insectos, y no sólo los moscardones o abejorros, no deberían poder volar. Algunos dicen que fue el físico alemán Ludwig Prandtl quien se encargó de hacer popular el mito entre sus pares, mientras que otros afirman que los cálculos originales fueron realizados por un tal Jacob Ackeret, un dinamista de gas suizo.

En la primera referencia que se conoce sobre esta idea en Le vol des insectes, Antoine Magnan, el autor, afirma que los cálculos, en lo que respecta a los insectos que desobedecen las leyes de la física al volar, fueron realizados por su amigo y ayudante, André Sainte-Laguë.

El vuelo del moscardón y la abeja bajo la lupa científica


Bien, en lo referente a los cálculos que se habían realizado con anterioridad, ingenieros, científicos y entomólogos se dieron a la tarea de desacreditarlos, ya que los cuestionados cálculos no tomaban en cuenta algunos factores. Uno de los más importantes de ellos es que los moscardones no vuelan como un avión y no tienen alas rígidas. Uno de los factores a tenerse en cuenta para un cálculo preciso sobre el vuelo del moscardón o de la abeja es el "dynamic stall", que es un poco extenso, por lo que no le daré cabida acá.

La realidad es que las abejas y demás insectos semejantes vuelan de una manera increíblemente compleja que crea "mini torbellinos." En términos simples, las abejas vuelan rotando sus alas, lo que crea bolsas de aire de baja presión, los que a su vez crean pequeños remolinos por encima de las alas de la abeja que la elevan en el aire y, por lo tanto, le dan la capacidad de volar.

Los científicos han hecho muchas pruebas con abejas, siendo la más impresionante la del científico chino Lijang Zeng y su equipo, que ideó un sistema compuesto por láseres y pequeños espejos pegados a las abejas en el año 2001. Ese experimento se consideró superior a sus predecesores, ya que no necesitaba utilizar abejas atadas (que vuelan de forma diferente) y porque contenía láseres.

De hecho, la forma en que las abejas y otros insectos parecidos vuelan es tan eficiente y causa tan poca resistencia, que la investigación sobre el tema ha sido respaldada por varios militares en un intento de imitar este método de vuelo con diminutos robots similares a insectos.

Los cálculos llenos de vacíos que afirmaban que las abejas no podían volar ocasionaron que casi un siglo después los científicos sigan tratando de borrar la respectiva falacia de la conciencia de la gente, haciendo más experimentos para probar el simple hecho de que el vuelo del moscardón no viola ninguna de las leyes de la física.