Casanova el Hombre - Casanova el Amante

Casanova el hombre. Casanova el amante.
¿Quién no ha escuchado alguna vez hablar sobre este inusual amante llamado Casanova? Casanova es uno de esos nombres de quien casi todo mundo ya ha escuchado. Casanova nació de una pareja de actores españoles en Venecia, el 2 abril del año 1725. Siempre estuvo envuelto en violentas aventuras, vivió y triunfó por doquier gracias a su inteligencia y coraje. Como un amante sin lealtad, llevó una vida completamente dedicada a su destino de amante profesional, aunque carecía de los componentes espirituales y emocionales que han caracterizado a la mayoría de amantes famosos.

Casanova era feo pero de apariencia sugestiva y ojos penetrantes, era de notable estatura y nariz grande, signo de gran apetito sexual. Casanova tenía voz de tenor, el gesto de sus manos era brillante y sugería gran riqueza sexual. Este amante se empeñaba mucho en lucir elegantes vestimentas, quizás para ocultar un poco su fealdad física.

Casanova siempre llegaba a las ciudades rodeado de gran pompa y vistosidad para impresionar a la gente, pero sobre todo se empeñaba en imponer la admiración masculina para tomar ventaja de la repercusión que esto tenía en la admiración de las mujeres, lo cual facilitaba sus conquistas. Las armas de Casanova eran el oro, el poder y el misterio, pero su arma más grande era el no avergonzarse para conquistar a las mujeres, aun cuando esto significara jurar amor eterno hincado de rodillas y llorando desesperadamente. La otra arma de Casanova era el tiempo, porque cuando emprendía la conquista de una nueva chica, nunca miraba al reloj o al calendario. En sus memorias, el reloj aparece sólo para recordar la hora de una cita o evento, el tiempo parece no haber sido un factor de importancia en la vida de Casanova.

El ambiente o el paisaje están también ausente en las memorias de Casanova. Con esta impresionante independencia del tiempo y del espacio, puede ser fácilmente deducible que Casanova se enfocaba solamente, ya fuera por un día o por un año, en el reto de la nueva conquista. Siendo de esta manera, habían pocas mujeres que pudieran resistirse a alguien que las hacía sentirse tan deseadas.

Aunque Casanova es conocido sobre todo como un amante empedernido, la diversidad de sus pasiones y talentos es alucinante. Fue un genio de las finanzas que ayudó a Luis XV a llenar las arcas reales mediante la lotería, un estafador que extrajo una fortuna de una rica marquesa adepta a la alquimia, un matemático que intentó el largamente buscado (pero imposible) "cálculo de los cubos dobles", un consumado poeta que tradujo la "Ilíada" al verso italiano, un hábil escritor que en una noche escribió una comedia entera sin el sonido "r" para una atractiva actriz con un impedimento en el habla.

Casanova hubiera podido ser un gran escritor o filósofo, si el sexo no hubiera sido su principal preocupación. El escribió obras, libretos para óperas, libros filosóficos, y sabía un poco acerca de química y mucho de ocultismo. Casanova no sólo tenía encanto, sino también inteligencia y astucia.

Casanova el hombre y el amante.
Casanova se protegía a sí mismo del peligro de amar a una sola mujer, por lo que trataba de "estar cerca" de más de una mujer a la vez, ya que estaba convencido que era más fácil ser el mediocre amante de muchas mujeres que el buen esposo de una sola. Casanova aprendió a explotar el ambivalente sentimiento de admiración-odio de los hombres, que sabían que él les robaba sus mujeres, pero a la misma vez lo admiraban inconscientemente porque él era el hombre que todos secretamente querían ser. Casanova también explotó el resentimiento de las mujeres hacia los hombres. Así, las mujeres que aparentemente lo despreciaban, subconscientemente parecían disfrutar ser seducidas por Casanova, como venganza por haber sido despreciadas, negadas, rechazadas o abandonadas por otros hombres.

Casanova alababa el ego femenino con falsas muestras de respeto, aunque él realmente no estaba interesado en ellas en la manera en que ellas pensaban. Casanova no se enamoraba, tan sólo hacía sentirse enaltecidas a las mujeres, por lo que ni siquiera interfería con sus sueños y ser interior. Casanova amó la mentira, esto es un signo de debilidad sexual; era sexualmente muy inmaduro; fue incapaz de sentir celos o tristeza como cualquier amante normal.

Quizás nosotros nos alegrémonos de saber que podemos amar de una manera en que Casanova nunca podría, pero si él pudiera vernos ahora quizá se reiría de la manera en que sobrevaloramos ese sentimiento que llamamos amor.

Dos siglos después de haber desparecido terrenalmente, Casanova todavía es sinónimo del arte de la seducción.

¿Tú qué opinas de Casanova el hombre o de Casanova el amante?